domingo, 29 de marzo de 2009

La Violencia como factor de riesgo en la educación.


LA VIOLENCIA INFLUYE EN EL APROVECHAMIENTO ACADÉMICO DEL ALUMNO.


ROJAS CELIS CINTHIA ARACELI



Todavía en la actualidad hay inmensas cosas que se presentan en las familias mexicanas, uno de estas cosas graves y que por consiguiente afecta en el aprovechamiento académico del niño es la violencia que sufren los hijos por las cosas originadas por los padres.

Y nos referimos a violencia en el termino mas amplio que pueda haber, ya sea en un termino de violencia física, de violencia psicológica y que todo y cada uno de los factores que influyen en las diferentes situaciones puede afectar emocionalmente al niño.

Los padres son los principales actores que se encargan de educar a un hijo, cada uno de los padres tomas una decisión, planifican la llegada de un hijo (que por lo regular no es lo común que hacen las familias mexicanas), pero algunos toman en cuenta las posiilidades económicas que tienen para mantener a un hijo.


Cada que un hijo es maltratado por sus padres, su aspecto físico y emocional cambian radicalmente, la violencia que puede generarle un padre es tan grande que puede sentirse solo, sus aspectos cambian mucho y en las escuelas no ponen tanto interés ya que todo eso que ha generado un padre en inmenso que le afecta al hijo.

“No solo le haces daño a un hijo cuando lo agredimos si no que hay diversos elementos que por lo tanto genera un cambio en el, su autoestima se viene abajo ya que son hijos que necesitan del cariño de alguien que sepan que están presentes, y que hay otras personas que lo puedan escuchar y estar al pendiente de ellos” [1]

Algunos de los aspectos importantes para rescatar en la violencia hacia los hijos es lo físico y lo verbal, se presentan varios elementos negativos que por lo general pueden llegar a desarrollar un trauma para el niño.

La violencia física deja marcado al hijo, los padres no tiene el cuidado o no saben como educarlos, pro ello acuden a los golpes, los padres deben tener un carácter fuerte para poder generar esa furia y tener esa valentía de poder hacer eso, (lo llamo así por que no presenta un sentimiento de culpa), es obvio y lo mas probable que los hijos terminen mal sentimentalmente, sufren por los golpes que les dan sus padres.

Así como la agresión que se presenta verbalmente, son aspectos que como hijo te dejan marcados toda la vida, como dicen: “una palabra duele más que un golpe”, y es verdad, y más si las palabras vienen de las personas que tú quieres y lo más probable que después que las dicen te duele.

“Lammoglia: tipo de violencia: abandono.- deja a un hijo solo, en casa, no ponerle atención, es un tipo de violencia que los padres mexicanos tenemos” [2]

Esto es verdad el abandono también lo podemos meter como un tipo de violencia, ya que cada uno de nuestros niños que viven en nuestro país necesitan de comunicación, necesitan de cuidados y de comprensión por parte de los padres, en el aspecto académico vemos que hay muchísimo abandono por parte de los padres, dejan que sus hijos se superen solos, no ven los padres las necesidades que tienen cada uno de ellos, es por ello que se sientes solos, necesitan de la importancia de alguien para generar una mayor productividad en el área educativa.


En un libro llamado tu hijo tu espejo, se refleja mucho de lo que un padre puede llegar a ser con su hijo, que lo limita de muchas cosas, que deciden por ellos, cada una de estas cuestiones influyen en el hijo.
Para que nuestros hijos tengan un buen aprovechamiento educativo debemos ser capaces de enfrentarnos a diferentes situaciones, generar la confianza, de padre e hijos, y no maltratarlos, nadie nace aprendiendo a ser padre, ni sabes como educar a un hijo, pero lo que le hagas en casa, lo veras reflejado en la escuela, y lo único que se requiere en la educación son alumnos con mayor aprovechamiento académico, deja que el país progrese y no seas uno de los padres autoritarios, si no que dale libertad pero aconséjalo, se amigo y padre a la vez.
[1] LAMMOGLIA, Ernesto, “El daño que le hacemos a nuestros hijos”, Editorial Grijalbo, Pág.233

[2] Idem

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